Tecpan
Durante el esplendor del tianguis de Tlatelolco, el Tecpan “Lugar de la Casa de piedra”, entendiéndose como Palacio, fue la sede del control comercial donde residían 10 ó 12 jueces que tenían la obligación de resolver las diferencias que surgieran por el intercambio de mercancías, además debían recaudar los impuestos o tributos que los tlatelolcas pagaban a Tenochtitlan, después de haber perdido la guerra de 1473 cuando le disputaron el poder a los tenochcas, convirtiéndose en un pueblo tributario más.
El 13 de agosto de 1521, Cuauhtémoc cayó prisionero de Hernán Cortés, quien determinó que Tenochtitlan se convertiría en el barrio de San Francisco y Tlatelolco en el de Santiago, la capital de la República de Indios, que tuvo como sede la nueva edificación del Tecpan que se ubicó al Norte del antiguo emplazamiento del tianguis, y fue el palacio de Cuauhtémoc, gobernante de México y Señor de Tlatelolco.
Durante el Virreinato, el Tecpan fue la sede del poder civil y policial, además de su función primordial para los españoles, la recaudación de rentas e impuestos generados, principalmente, por el comercio de su tianguis. Los españoles mantuvieron muchas formas de organización social mexica, siempre y cuando sus interese económicos no se vieran afectados.
En el Códice del Tecpan de Santiago Tlatelolco (1575-1581) se detalla la nueva construcción del Tecpan. En este documento se describen varios edificios, entre ellos, 19 salones arriba de los cuales estaban las viviendas para los señores locales.
El códice también refiere una casa para recibir a personajes ilustres o al virrey, ubicada al centro de 16 ó 17 portales que marcaban su relación directa con el tianguis.
Al Norte se construyó un mesón con 12 cuartos, uno de los cuales, el más grande estaba destinado al descanso de los señores viajeros.
La edificación del tribunal para la audiencia concluyó en el mes de febrero de 1577, y las cárceles para hombres y mujeres, así como la oficina para los escribanos se terminaron de construir en 1581.
El Tecpan contaba, además, con una casa de descanso, huerta, jardines, baño con cinco piezas, pilas de agua, una al centro, y caños para agua potable.
El costo total de las construcciones del Tecpan ascendió a un total de 40,200 pesos con 50 centavos, y fueron inauguradas por el virrey Lorenzo Suárez de Mendoza y consagradas por el arzobispo de México, Pedro Moya de Contreras, el día del santo patrono Santiago.
En el Códice Tlatelolco que narra sucesos de 1542 a 1565, vemos ilustrado el Tecpan. De acuerdo con el arqueólogo Robert H. Barlow, en el documento está escrito el nombre a través de los grifos de una “piedra” (tetl) y “bandera” (pantli), a la usanza indígena. Aquí se describe a cuatro indígenas saliendo del edificio.
En el códice Aubin, una escena similar ilustra al Tecpan con una fuente octagonal al centro del primer patio. Cuatro personajes salen del edificio, mientras entra un Esteban Guzmán “Juez”, lo que se ha interpretado como un cambio de autoridad que se llevó a cabo en 1560.
Toda la información contenida en este apartado está basada en un texto de Salvador Guilliem Arroyo.
Fotografías: Salvador Guilliem Arroyo y Susana Padilla Coronado
El Tecpan continuó siendo sede gubernamental hasta 1850, cuando el ayuntamiento de la ciudad decidió convertirlo en “Asilo independiente para los Corregidos”, rentándolo por 25 pesos mensuales. Tres años más tarde cambió su nombre a “Colegio Correccional de San Antonio”.
En los primeros años del siglo XX, el “Colegio Correccional de San Antonio” siguió en funcionamiento, pero en 1909 se convirtió en la escuela “Manuel Eduardo Gorostiza”, después en “Escuela Industrial y Vocacional de la Beneficencia Pública”, y finalmente en “Escuela Diurna y Nocturna ESI-16 Pedro Díaz”, conocida como “Escuela para trabajadores”.
Durante los años 60 del siglo XX, al construirse la unidad habitacional Nonoalco-Tlatelolco, la fachada del Tecpan fue removida e incorporada a la parte posterior del Convento de Santiago, modificándose el aspecto original del claustro, tal como lo vemos hoy en día.
Únicamente se salvó la arcada de siete vanos ilustrada en el Códice Tlatelolco; y en la crujía que se forma con el muro que soportaba la fachada Poniente, se aprecia su factura de sillería pequeña de tezontle, típica del siglo XVI.
El Museo del Tecpan, en la sala Norte, con portada del siglo XVIII, alberga una de las obras murales realizadas por David Alfaro Siqueiros.
Sus frescos en exteriores están dedicados a temas revolucionarios y sociales, para inspirar a las clases bajas, además, están llenas de color y representan figuras con emociones intensas.
La producción pictórica de David Alfaro Siqueiros estuvo orientada, principalmente, al muralismo, ya que para él un formato grande y en espacios públicos ayudaba a hacer del arte un medio de educación política.
En 1944, Siqueiros regresó a México, después de estar exiliado, y pintó en la casa marcada con el número 9 de la calle de Sonora, el mural “Cuauhtémoc contra el mito”, trasladado a su actual recinto en 1963.
Esta es la primera obra plástica del artista, elaborada con técnicas que rompieron con el muralismo clásico, pues se utilizaron soportes de madera, masonite y piroxilinas, aunados a las esculturas realizadas por Luis Arenal. En primer plano, a la derecha del mural, aparece Cuauhtémoc tomando las armas para detener la destrucción de su mundo a manos de los conquistadores europeos.
Los españoles fueron representados con la figura de un centauro, lado izquierdo del mural, cuyas fuerzas principales son la religión al empuñar en una de sus manos un crucifijo transformado en daga, y las armas de fuego.
Bajo las patas del caballo aparece la cabeza de un indígena decapitado que simboliza el fin de la gran cultura, y de frente está Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, emblema de la civilización milenaria.
Al centro de la pintura se halla la figura del gobernante mexica Moctezuma II, quien implora a los dioses le expliquen por qué el supuesto regreso de Quetzalcóatl, en la figura de Cortés, implicó la caída de su imperio.
Toda la información contenida en este apartado está basada en un texto de Salvador Guilliem Arroyo.
Fotografías: Salvador Guilliem Arroyo y Susana Padilla Coronado
En esta misma Sala Norte del Tecpan, también se conservaba la pintura mural prehispánica llamada “Los dioses creadores del calendario”, descubierta en 1989 al centro del Templo Calendario de la zona arqueológica de Tlatelolco.
La parte inferior es un espacio de color rojo ocupado por los dioses Cipactónal y Oxomoco, pareja creadora de la cuenta del tiempo, ancianos desdentados, con el pelo enmarañado, uno frente al otro y entre ellos el símbolo de la palabra.
En la pintura mural, Cipactónal ocupa la mitad derecha y sostiene en una mano un punzón para el autosacrificio, en la otra mano tiene una bolsa de copal, llamada Copalxiquipilli.
Frente a él aparece su pareja, Oxomoco, quien tiene la mano izquierda levantada arrojando nueve granos de maíz para adivinar los destinos marcados en el Tonalpohualli o Calendario azteca.
Su identificación se hizo gracias a la representación pictográfica de la lámina 21 del Códice Borbónico y al petroglifo de la piedra de Coatlán, Morelos.
De los dioses creadores del tiempo, los dioses Oxomoco y Cipactónal, se habla en el texto "Historia de los mexicanos por sus pinturas", donde se relata que la pareja fue creada por dos de los cuatro hijos primigenios de Tonacatecuhtli: Quetzalcóatl y Huitzilopochtli, después de la era del fuego y del dominio de un medio sol.
Sus creadores dispusieron que de Oxomoco y Cipactónal nacieran los macehuales, y además les ordenaron que trabajaran siempre y que no holgaran, por eso él debía labrar la tierra y ella debería hilar, tejer, adivinar, curar y hacer hechicerías con ciertos granos de maíz.
La pintura mural del Templo Calendárico representa a la pareja de los dioses Oxomoco y Cipactónal justo en el Tamoanchan, donde gestaron el tiempo, dieron nombre a cada uno de los 20 días y lo organizaron en periodos de 13 y 20 días.
En el mural prehispánico, la pareja creadora del tiempo está acompañada por la cuarta trecena del Tonalpohualli, que complementa los 52 días que están representados en el templo donde fue encontrada.
Actualmente este mural puede ser admirado en el Museo de Tlatelolco que se lozaliza en el CCUT (UNAM).
El Museo del Tecpan está ubicado en Reforma Norte número 630 casi esquina con Flores Magón. Abre todos los días de 9:00 a 17:00 horas. La entrada es libre.
Toda la información contenida en este apartado está basada en un texto de Salvador Guilliem Arroyo.
Fotografías: Salvador Guilliem Arroyo y Susana Padilla Coronado